La hiperactividad entendida como síndrome (conjunto de signos y síntomas) puede originarse por múltiples causas: puede deberse a una forma de ser vinculada a la genética, puede ser un problema educativo o pedagógico, puede deberse a una disfunción, puede ser consecuencia de dificultades socioemocionales…
De la misma forma, existen muchos factores ambientales que pueden contribuir a mantener o agravar esta conducta. La velocidad de desarrollo infantil, el ritmo de estimulación y de exigencia, los juguetes, el esquema de vida familiar y los planes educativos tienden a la aceleración, la hiperestimulación y la hiperexigencia.
Claramente no todos los niños hiperactivos son iguales, por lo que en Eiruga, a través de un proceso de evaluación exhaustivo, tratamos de determinar los factores que tienen más peso en el origen y mantenimiento de la hiperactividad, para poder actuar sobre ellos.